Hay algo allí afuera, en la oscuridad, mirándote. Te busca, y de alguna forma, te ha encontrado. Te sientes asustado e intrigado, atraído y renuente. Estas luchando contra él, incluso sin darte cuenta. En muchos modos, esta batalla te definirá. Al final, la oscuridad te habrá cambiado; pero ¿para bien o para mal?
A primera vista, Annalise es solo otro juego de rol sobre vampiros, de esos que tanto abundan. Sin embargo, y tras la lectura de sus primeras páginas, empezamos a notar la diferencia, y no solo por su carácter eminentemente narrativo, sino por su mismo desarrollo. Si, es cierto, son historias de vampiros, pero contadas (vividas) no desde la perspectiva de estos, sino de sus victimas. Así, los jugadores interpretan personajes que, de una u otra forma, han caído bajo la influencia de un vampiro, y que deben enfrentarse -especialmente a nivel interno- a su oscura influencia. Por decirlo de algún modo, no se trata entonces de intentar ponerse una vez más en los zapatos de Drácula, sino de jugar a interpretar al enloquecido Renfield, al combativo Quincey Morris, o la internamente dividida Mina Harker.
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